Divorcio
Cómo superar un divorcio
Un divorcio puede ser una de las experiencias más estresantes que se pueden vivir. Cualesquiera que fueran las razones del divorcio – e independientemente de si lo querías o no- la ruptura de la relación puede desencadenar todo tipo de emociones desagradables.
El estrés que conlleva un divorcio no se puede evitar por completo, ya que altera toda tu vida (rutina, responsabilidades, relaciones con la familia de tu ex y los amigos e incluso tu identidad), pero un primer paso para reducirlo puede ser el simple hecho de tomarte el tiempo para reflexionar sobre tu situación mirando hacia un futuro en el que tengas un mejor bienestar general.
En este artículo, hemos reunido varios consejos para ayudarte a superar el divorcio. Están divididos en dos fases: La fase de duelo y la fase de curación.
Fase de duelo

Cuando hablamos de duelo al final de una relación, nos referimos a lidiar con las emociones inmediatas que surgen con la ruptura de la misma, antes de estar lo suficientemente estable emocionalmente como para poder empezar a mirar hacia el futuro.
Esta fase puede ser más o menos larga dependiendo de cada persona, pero generalmente no es una fase que puedas saltarte por completo. Muchos expertos han establecido que cuando intentas poner buena cara y mantenerte ocupado para evitar pensar, lo único que haces es posponer el dolor.
Así pues, tanto si te enfrentas a esta fase ahora como si lo haces más adelante cuando el divorcio esté finalizado, te irá bien saber cómo atravesar esta etapa.
Tómate tu tiempo
El final de una relación trae consigo muchas emociones – dolor, soledad, tristeza, enfado e incluso culpabilidad, y ninguna de ellas es agradable, así que si necesitas tiempo en soledad, no pasa nada.
Simplemente, no te quedes así indefinidamente. Tómate una semana o dos y luego empieza a dar pequeños pasos para volver a estar bien (como pasar de estar en pijama a ir en tejanos, en vez de mirar la tele, salir a comprar algo, etc.) Hagas lo que hagas, te sentirás orgulloso/a de ti mismo/a por ir mejorando tu estado general, lo que llevará a que gradualmente vayas haciendo más cosas y sintiéndote mejor.
Ponte en contacto con personas en las que confíes
Una parte de hacer los cambios anteriores es buscar apoyo. La familia o los amigos cercanos son una buena opción, en especial si ellos mismos han experimentado un divorcio. A veces, lo único que necesitamos es alguien que nos escuche.
Otras veces, puede que creas que no es suficiente y que necesites hablar con alguien más profesional. No hay que avergonzarse de ir a un terapeuta, buscar grupos de apoyo o buscar libros o videos de autoayuda.
No tomes decisiones importantes
Si estás pensando en cambiar de trabajo, mudarte a la otra punta del país o volver a estudiar, espera a tomar la decisión a que te sientas más estable emocionalmente para evitar que sea como consecuencia directa del divorcio.
Además, si tomas una decisión importante justo con el divorcio puede que acabes teniendo que ajustarte a demasiados cambios a la vez.
Mímate un poco
Estás atravesando una etapa dura de tu vida y te mereces mimarte un poco. Pasa un día en un spa, date un masaje o tómate un baño caliente con una copa de vino. Incluso cambia de peinado o cómprate un capricho que te haga sentir bien.
Cambia tu entorno
Si te has quedado la casa en el divorcio, quizás te venga bien un cambio de aires. No tienes porque mudarte, pero pinta las paredes, compra algún mueble nuevo o mueve los muebles que tienes de sitio para que no sientas la presencia de tu ex cuando estás en la casa.
También puede que te vaya bien hacer alguna escapada. Ve a visitar a un amigo a otra ciudad o país para desconectar unos días.
Del mismo modo, no vayas a los mismos bares o restaurantes a los que ibas con tu ex. ¡Seguro que hay algún sitio nuevo por descubrir!
Sé comprensivo con tus hijos
Desgraciadamente, tus hijos seguramente sentirán pena, enfado culpabilidad y hasta depresión con la separación de tu y tu pareja. Ahora que te has tomado tu tiempo, estás en una posición de poder hacerlos sentir seguros y queridos.
Una de las cosas más importantes que puedes hacer por ellos es apoyar su relación con tu ex, aunque tengáis problemas para llevaros bien entre vosotros. Los niños no deberían estar en una posición en que tengan que escoger entre sus padres divorciados, pues ya están sintiendo la pérdida de la familia tal y como la conocían como para que sientan que aún está más fracturada.
También es importante recordar que cada niño lleva el divorcio de sus padres de distinta forma, pero que si dan señales de depresión o ansiedad, deberías buscar a un profesional antes de que las cosas empeoren.
Lo que siempre ayuda es que les recuerdes que aún son queridos, que siguen teniendo una familia aunque las cosas sean distintas y, sobretodo, que el divorcio no es culpa suya.
Tóma la decisión de seguir adelante
Ahora que ya has superado la peor parte de la fase de duelo, tienes que tomar la decisión de empezar la fase de curación. Puede que te ayude simplemente decirte a ti mismo que quieres volver a mirar hacia delante y empezar a construir tu futuro. Díselo a una dos personas próximas para que así te sientas más responsable y con motivación para progresar.
Ten en cuenta que no es necesario tener finalizado el divorcio para tomar esta decisión. No tienes ni que haber superado la tristeza relacionada con el divorcio. Simplemente se trata de tomar una decisión consciente de redirigir tus energías y esfuerzos. Eso no quiere decir que no puedas volver a pensar en lo que has perdido y que no puedas estar triste.
Fase de curación

Cuando hablamos de fase de curación, nos referimos a estrategias para cuidar de ti mismo/a después del divorcio y embarcar en una nueva etapa de tu vida con energía y fuerza.
Puede que te sientas mal porque tu matrimonio ha terminado pero eso no quiere decir que no puedas sentir entusiasmo por las nuevas posibilidades que te ofrece la vida.
Mantén una rutina
Una de las partes de tu vida que altera el divorcio es la rutina. Al terminarse el matrimonio, puede que hayas perdido la rutina a la que te habías acostumbrado.
Sin embargo, que hayas podido tener una temporada en que hayas perdido el ritmo no quiere decir que no puedas recuperar tu rutina e incluso mejorarla. Por ejemplo, puede que sea un buen momento para empezar a hacer meditación o que quieras hacerte una infusión y leer un libro media hora antes de ir a dormir. Sea lo que sea, empieza a buscar cosas consistentes que te hagan sentir bien.
Una vez hayas añadido estas rutinas que te son reconfortantes, empezarás a sentirte bien por el simple hecho de haber tenido la disciplina de cambiar tus hábitos de una forma positiva. Este sentimiento hará que gradualmente te sea más fácil añadir tareas en tu rutina que sean más pesadas o que hayas descuidado durante una temporada.
Puede que te ayude a establecer una rutina si te marcas un objetivo final. Por ejemplo, si quieres correr un maratón, tendrás que entrenarte varias veces a la semana.
Céntrate en tu salud física y mental
Ahora que ya estás en un punto en que te sientes bien para ser más proactivo/a, es un buen momento para empezar o recuperar unos hábitos saludables. Esto puede ser empezar a comer comida preparada en casa más saludable o ir al gimnasio. Si te sientes bien físicamente también te sentirás más preparado/a para enfrentarte al día.
Asimismo, si estabas viendo a un terapeuta, te recomendamos que sigas ya que te puede ser de gran ayuda durante esta etapa (ayudarte a planearte el futuro o a tener un crecimiento personal, etc.).
Forma nuevas amistades
Muchas parejas casadas empiezan a satisfacerse mutuamente todas sus necesidades sociales (al menos durante un tiempo) y como recién divorciado/a, puede que te preguntes qué ha pasado con la vida social que tenías. Vuelve a contactar con la gente con la que te relacionabas antes si te apetece, pero ahora también es un buen momento para ir a sitios nuevos y conocer a gente nueva.
Hacer nuevas amistades como adulto puede que parezca todo un reto pero no es tan difícil como parece. La clave es roderarte de gente que comparta tus mismos intereses. Apúntate a alguna clase de algún deporte, de cocina o de arte e intenta establecer conversación con el que está a tu lado. Tendrás que acostumbrarte a hacer el primer paso, pero eso no quiere decir que tengas que salir mucho de tu zona de confort.
Explora nuevos hobbies
Tu ex probablemente ocupaba gran parte de tu tiempo libre. Ahora que tienes este tiempo para ti, piensa en que solías hacer antes de conocer a tu ex. ¿Hay algo de lo que hacías que eches de menos? Puede que descubras que partes de ti que creías que ya no existían aún están ahí.
Ahora también es un buen momento para pensar en que clase de persona quieres ser. Por ejemplo, si admiras la creatividad en los demás pero es algo que tu nunca has explorado, piensa en formas en que puedas aportar algo de arte a tu vida.
No tiene que ser algo que costoso, hay muchos tutoriales en YouTube para todo: pintura, yoga, costura, cocina y mucho más.
Reflexiona sobre lo que has aprendido de tu divorcio
Ahora que has terminado el proceso de divorcio y estás cierta distancia emocional, seguro que encontrarás algo útil que has sacado de la experiencia.
Tanto podría ser algo que se corresponda con los consejos anteriores como tener unos hábitos más saludables, ser más atrevido/a a la hora de hacer nuevas amistades o tener un nuevo hobby como algo más sutil como conocerte a ti mismo/a o a tus hijos un poco mejor ahora que has visto qué pasa cuando te encuentras en situaciones más difíciles. Lo que es casi seguro, es que ahora sabes mejor lo que quieres en relaciones futuras porque sabes qué hizo fallar esta relación.
Así que, cuando estés listo/a, tómate el tiempo para sentarte y hacer una lista. Cuando lo veas en papel, te darás cuenta que aunque has perdido un matrimonio, también has ganado un inestimable conocimiento que incluso podrás transmitir a alguien que te importe y que pase por la misma situación que tú.
*Los comentarios ofrecidos tienen una finalidad meramente divulgativa y no constituyen por tanto, asesoramiento jurídico.