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El divorcio y las vacaciones
Las vacaciones pueden ser momentos complejos tras un divorcio. La organización adecuada es clave para evitar tensiones. En este artículo te damos 3 recomendaciones sobre el divorcio y las vacaciones.
Tabla de contenidos
- 1. Planificar con anticipación: clave para unas vacaciones tranquilas
- 2. Nuevas dinámicas familiares: afrontar el divorcio y las vacaciones con madurez
- 3. Bienestar infantil y equilibrio emocional en tiempos de descanso
- Conclusión
1. Planificar con anticipación: clave para unas vacaciones tranquilas
El divorcio y las vacaciones son dos temas que pueden entrar en conflicto si no se abordan con responsabilidad y sentido común por parte de ambos progenitores.
Cuando hay hijos en común, planificar las vacaciones requiere acuerdos claros, coordinación y comunicación efectiva. No se trata sólo de organizar actividades, sino de respetar el derecho del menor a disfrutar tiempo de calidad con ambos progenitores. Uno de los errores frecuentes es dejar los arreglos para el último momento, lo que genera tensiones y frustraciones innecesarias. Lo más recomendable es conversar con tiempo y establecer calendarios que permitan distribuir los días equitativamente. Esto se aplica tanto para las vacaciones escolares como para los días de fiesta con puente o para viajes especiales.
Respeto a lo acordado en el Convenio Regulador del Divorcio
Si ya se ha tramitado un divorcio de mutuo acuerdo y existe una resolución judicial, lo acordado en el Convenio Regulador, debe respetarse estrictamente. No obstante, ambos progenitores pueden acordar (aconsejable documentarlo por escrito) ocasionalmente un cambio según las circunstancias. La flexibilidad es importante cuando se presenta alguna situación excepcional, como una oportunidad de viaje o problemas de salud. En estos casos, el diálogo abierto es indispensable.
Involucrar a los menores en la planificación de las vacaciones
Debe evitarse utilizar las vacaciones como forma de castigo o premio. Las discusiones o conflictos entre los progenitores no deben afectar a los menores. El divorcio y las vacaciones pueden ser compatibles si se tiene en cuenta el bienestar del menor y se deja de lado el rencor o el orgullo herido que a veces sienten los progenitores. Por el contrario, involucrar a los hijos en algunas decisiones, como destinos o actividades, puede ayudarlos a sentirse parte del proceso de vacaciones. Eso sí, sin hacerlos elegir entre uno u otro progenitor.
Finalmente, hacemos hincapié en que todo lo que se acuerde debería quedar por escrito para evitar malentendidos y garantizar unas vacaciones armoniosas para todos.
2. Nuevas dinámicas familiares: afrontar el divorcio y las vacaciones con madurez
Después de una separación, las vacaciones pueden convertirse en momentos sensibles por los cambios en la rutina y la convivencia habitual. El divorcio y las vacaciones suelen traer consigo ajustes importantes en la vida familiar. Las nuevas dinámicas, como compartir menos tiempo juntos o alternar los periodos vacacionales, pueden generar angustia si no hay una actitud madura.
Es común que los progenitores sientan inseguridad o celos cuando los hijos viajan con el otro progenitor, especialmente si hay una nueva pareja involucrada. Por eso, se necesita respeto y confianza en que el otro cuidará bien a los niños. Es esencial evitar comentarios negativos que puedan afectar la percepción del menor sobre el otro progenitor. Hablar mal de la expareja delante de los hijos sólo crea conflictos emocionales y los pone en situaciones incómodas.
Respetar el espacio del menor
Otro punto relevante es mantener el contacto sin invadir el espacio del niño. Llamar o enviar mensajes está bien, pero sin interrumpir su experiencia ni presionarlo. Las vacaciones deben ser una oportunidad para fortalecer vínculos, no para revivir discusiones pasadas. Aceptar que cada progenitor puede tener estilos diferentes no significa ceder en el cuidado, sino respetar la diversidad en la crianza. Si se presentan conflictos logísticos, lo mejor es resolverlos entre adultos, sin involucrar a los hijos como intermediarios. Así, el divorcio y las vacaciones dejan de ser un problema para convertirse en una oportunidad de crecimiento emocional.
3. Bienestar infantil y equilibrio emocional en tiempos de descanso
El bienestar emocional de los hijos debe estar en el centro de toda decisión relacionada con el divorcio y las vacaciones. Los niños necesitan descanso, diversión y sentirse queridos en todo momento. Es importante evitar que las vacaciones se conviertan en una competencia entre progenitores, tratando de ofrecer el viaje más caro o el plan más espectacular. Los hijos valoran más el tiempo compartido y la atención genuina que los regalos materiales. A veces, lo más sencillo es lo más memorable. En este sentido, ambos progenitores deben colaborar para que los hijos vivan las vacaciones como algo positivo, no como una fuente de tensión.
También es necesario cuidar los mensajes emocionales que se transmiten antes, durante y después de las vacaciones. Frases como “te voy a extrañar mucho” pueden generar culpa en el niño si no se acompañan con tranquilidad y seguridad. Es mejor decir “disfruta mucho” o “te espero con alegría”, lo cual refuerza su derecho a disfrutar sin cargas emocionales.
Cuando ya se ha tramitado el divorcio de mutuo acuerdo, y se ha dictado la resolución judicial aprobando el convenio regulador, o en los casos de divorcio contencioso ya existen medidas judiciales, conviene revisar con tiempo las fechas establecidas para evitar incumplimientos.
Incluso si no hay todavía una resolución judicial, los acuerdos adoptados deben respetarse con la misma seriedad, como si efectivamente hubiera una. Los hijos aprenden de lo que ven y se benefician cuando los adultos cumplen su palabra.
Conclusión
En definitiva, el divorcio y las vacaciones pueden ser un tiempo de renovación para todos si se vive con organización, diálogo y empatía. La clave está en poner el foco en los hijos, en sus necesidades reales, y no en las diferencias que llevaron al divorcio. Lo esencial sigue siendo el bienestar de los hijos.
Así pues, el divorcio y las vacaciones pueden convivir sin conflictos si se planifica con empatía y responsabilidad. Si aún no se ha tramitado el divorcio, pero está dentro del proyecto de los progenitores, las vacaciones puede ser un buen momento para planificar el divorcio online.
*Los comentarios ofrecidos tienen una finalidad meramente divulgativa y no constituyen por tanto, asesoramiento jurídico.
Foto de Nubia Navarro (nubikini): https://www.pexels.com/es-es/foto/furgoneta-miniatura-fundida-a-presion-amarilla-sobre-arena-marron-386000/Foto de Nubia Navarro (nubikini):