¿Por qué aumentan los divorcios después del verano?

Los divorcios pueden suceder en cualquier época del año, pero aumentan sobretodo en setiembre, después de las vacaciones de verano y en febrero, después de las de navidad. ¿Por qué aumentan los divorcios después del verano?, pues bien, esto puede suceder por varias razones dependiendo de las situación de cada pareja.

El aumento de los divorcios después del verano

Muchas familias tienen la esperanza de que las vacaciones de verano son el momento ideal para pasar más tiempo juntos y planean unas vacaciones con unas expectativas idealizadas que, al no cumplirse (mal tiempo, retrasos en el vuelo, tráfico, hotel decepcionante, etc.), aumentan la tensión en una relación que ya tiene problemas.   

En otros casos, hay parejas que ya saben que quieren divorciarse pero prefieren esperar a que terminen las vacaciones y los niños vuelvan al colegio para tener unas últimas vacaciones todos juntos. Esto puede aumentar aún más la presión y el estrés emocional si los padres sienten que tienen que dar a los hijos unas vacaciones felices antes de iniciar el procedimiento de divorcio.

Asimismo, también hay matrimonios que han sobrevivido porque no han podido pasar mucho tiempo juntos pero que, con el tiempo libre de las vacaciones, han notado las tensiones causadas por las diferencias entre sus personalidades, la forma de ver la vida, sus metas, etc. 

Finalmente, también hay parejas que al ver las fotos de sus amigos o oír cómo han ido sus vacaciones se dan cuenta de lo infeliz que es su matrimonio y esto hace que se empiecen a plantear el divorcio.

Sea cuál sea la causa de querer un divorcio, es importante intentar mantener una relación cordial con la pareja, ya que de ese modo se puede tramitar un divorcio de mutuo acuerdo o amistoso. Este tipo de divorcio es más beneficioso para todos, tanto para la propia pareja como para los hijos, que tendrán que atravesar una etapa dura para ellos.